lunes, 25 de julio de 2016

17 de AGosto de 2016. SINGAPOUR Y VUELTA A CASA!

Queremos aprovechar las pocas horas que vamos a pasar en esta ciudad, así que nos levantamos temprano y dejamos las maletas en la minirecepción del hotel Peranakan, que es mini todo él…. menos los de recepción, que no sabemos cómo hacen para meterse en tan exiguo espacio!. Nos explican qué buses coger para llegar a los distritos que queremos conocer: Bugis, Little India y la Marina. Estamos a una media hora de bus de Bugis, pero con el 133 llegamos directas. Desayunamos en el Starbacks del centro comercial todavía desierto y en vista de la falta de ambiente de esta zona comercial, nos vamos a ver Little India, que está muy cerca y tiene un ambiente muy pintoresco, aunque a estas horas está también desierta! Aquí debe haber mucho ambiente de cena nocturna.


A la vuelta a bugis para coger el bus nos quedamos fascinadas con el ambientazo que ha cogido el barrio en este rato. Está toda la calle llena de tenderetes y hay gente por doquier! Así que decidimos quedarnos dando otro paseo. Visitamos dos templos hinduistas y hasta nos da para comprar una fregona!!! Si señores, sí, éste es el souvenir que nos llevamos de Singapour…. Una fregona!! Un chico en la calle hace una espectacular exhibición sobre las maravillas de esta fregona que recoge todo tipo de productos sin ensuciarse, se escurre completamente y deja el suelo seco!!! Gemma, que es muy de teletienda, no puede evitar comprarla… ;-)



De ahí, ya con un calor húmedo y pegajoso insoportable, nos vamos a la Marina, zona emblemática de la ciudad. Ahí observamos los grandes rascacielos, el puente inspirado en el ADN que cruza la bahía, el estadio de fútbol sobre el mar… en fin, lo más fotografiado de Singapour.





En general la ciudad nos ofrece un buen aspecto; se ve un buen nivel económico, la gente es amable y agradable y la ciudad está limpia y bien cuidada. Nos llevamos una buena impresión de este lugar de paso.
Volvemos al hotel para que no se nos haga tarde, comemos estupendamente en un Italiano de al lado, aunque nos clavan 10 dólares por una cerveza y pagamos la comida más cara de todo el viaje....
Los vuelos de vuelta se nos hacen largos, y es que la vuelta siempre es más dura. En el último coincidimos con Javier, un chico de Barbastro que vive en Barcelona y que nos hace el vuelo más agradable.
La espera en Jedah esta vez se hace pesadísima, y eso que son menos horas… el aeropuerto está a reventar de gente, no cabemos ni por los suelos! Está todo sucio y los baños inundados, no se puede ni entrar….  Un horror de aeropuerto, la verdad.

Pero por fin llegamos a España!!, sin novedad y tras haber disfrutado de un viaje que nos ha cargado mucho las pilas…. 

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